Amo ser maestra...

Con todas mis fuerzas, con todo mi corazón, así... con el alma ¡amo ser maestra!
Esta semana volví al aula después de un año de ausencia... ¡qué hermoso es! Entrar de a poco en las vidas de seres, hasta entonces desconcidos, y ¡al fin! conocerlos. Saber que tengo en mis manos, ¡en mis palabras! la fuerza del cambio, de la oportunidad... Saber que ahí, en el aula, las ideas van y viene, se inquietan, revolotean, chocan, se diluyen, cobran bríos... unas se quedan otras se van.
Y así, en un abrir y cerrar de ojos, mi vida cobra sentido nuevamente, sintiendo que podemos lograrlo todo, con sólo soñar, con sólo imaginarlo... Sin importar las crisis, el campo, el dinero que no alcanza, las injusticias de la sociedad... En el aula somos todos iguales -maestro y alumno, un intercambio de ilusiones que quizá, sólo quizá, lleguen a materializarse.
Mis alumnos, a quienes les debo la sonrisa que me invade hoy, la satisfacción de saberme útil, responden... tal vez más adelante las evaluaciones me desmoronen y me obligarán a replantear mis métodos de enseñanza. Mi más grande anhelo fué siempre el de trascender... Sólo en el aula, entregándose con pasión y fé se producirá el cambio.
¡Pueblos libres! ¡pueblos educados! Pueblos que se atrevan a dar soluciones en vez de revolcarse en los problemas... Volví a encontrar a mi Dios que tenía perdido... volví a ser maestra ¡gracias vida por esta oportunidad!
Lu*
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profra. claudia leticia villalobos fuentes -